¡Y ya van trece entradas! Este blog que surgió hace menos de
dos meses con grandes pretensiones y enormes ilusiones de abordar la resiliencia infantil y sus
temas “satélite” como son la parentalidad, el apego y los buenos tratos, ha ido
dando pinceladas tratando de iniciar varias líneas de interés. Revisando los
temas ya compartidos, de repente me di cuenta que tenía un tanto olvidada a esa
etapa tan maravillosa como inquietante: no había tenido aún cabida un espacio
dirigido a los adolescentes, por y para ellos.
Por eso, hoy quiero
compartir con vosotros “La Guía de los Buenos Amores para fomentarel buen trato y prevenir la violencia de género en el noviazgo entre jóvenes”,
editada por el Consejo de la Juventud de Navarra y que tiene como finalidad aprender
y enseñar a identificar la violencia y a distinguirla del amor.
Se trata de un
documento sencillo, fácilmente comprensible y al mismo tiempo muy completo,
pues recoge gran cantidad de aspectos que pueden servir como prevención de
relaciones tóxicas, dañinas.
Dice la guía que si
distinguimos bien el amor y la violencia, aprenderemos a prevenir los malos
tratos y también a tener mejores relaciones de pareja, relaciones más sanas y
mejores. Además, aunque puede ser utilizada por toda la población adolescente así como por los padres y madres, los profesionales que trabajamos con chicos y chicas, podemos disponer con ella de un material que viene a ser una valiosa herramienta educativa para trabajar tanto en el aula como en sesiones individuales.
En muchas ocasiones los
modelos familiares de dar y recibir amor que forman parte del entorno del adolescente son disfuncionales, bien porque
existen historias previas en las biografías de los progenitores cargadas de
violencia o amor insano, o porque incluso se han dado experiencias maltratantes
hacia ellos mismos, suponiendo esto un potente modelado que condiciona e
influye en sus relaciones con el otro sexo.
¿Amamos todos
igual? ¿Nuestra carga genética nos tiene programados para amar del mismo modo? Podríamos
pensar que el modelo de amor que tenemos es algo innato a las personas, que las
personas nacemos sabiendo amar de la manera que lo hacemos pero no es así. Las
personas no nacemos sabiendo amar, lo aprendemos. No hay un modelo de amor universal,
sino que aprendemos a través de lo que vamos viendo mientras nos socializamos:
en las personas adultas, en el cine, en la televisión, con nuestros/as
amigos/as, a través de cuentos y juegos, en el instituto, etc. Aprendemos a
amar de una cierta forma y siguiendo un modelo; un modelo que se enmarca en
nuestra cultura: No se ama de la misma manera en todos los lugares del mundo.
Se señala en la guía
que en nuestra cultura, el modelo de amor que tenemos y reproducimos es el modelo
de amor romántico, que además se encuentra reforzado por una serie de mitos que
le envuelven y mantienen:
*El alma gemela: Un mito que plantea que el chico y la chica tienen siempre los mismos deseos y necesidades. Frases como "sin ti no soy nada" refuerzan y alimentan este mito.
* La media naranja: Un mito que entiende que las personas somos seres incompletos y que necesitamos a otra persona, la pareja, para completarnos y, así, ser felices. Nos hace personas dependientes, ya que, sin una pareja, no conseguimos ser seres completos, independientes y autónomos.
* El“sapo y el príncipe”: Un mito que presupone que la chica, a través de su incondicionalidad y gran capacidad de amar, transforme al chico en su amado, cambiando al chico feo (rana) en un apuesto chico (príncipe).
* “Quien más te quiere te hará llorar”: Un mito que entiendeo el sufrimiento como un refuerzo del propio vínculo amoroso. Este mito es muy corriente en la litertura y cine, un ejemplo claro sería "Romeo y Julieta"
Pero…¿podemos identificar aquellos síntomas que corresponden con un amor
insano y así poder detectarlo pronto?. La respuesta es sí, observando la existencia de síntomas como:
- Los celos: Habitualmente se confunden o se enmascaran como un síntoma de amor.Todavía se cree que "él es celoso porque me quiere", cuando deberíaser "él me da libertad para que yo elija porque me quiere". No podemos seguir justificando los celos en el nombre del amor.
- El control: El control atenta
directamente contra la independencia y autonomía de la persona. Pero, ¿control
sobre qué?:
- Sobre lo que la chica hace: “te mando mensajes al móvil cada hora porque me preocupo por ti”.
- Sobre con quién se relaciona la chica: “¿con quién has estado?”, “¿qué contactos tienes en el Facebook, Tuenti, Messenger…”.
- Sobre cómo viste: “¿dónde vas con esa minifalda?”.
- Sobre cómo se maquilla: “pareces una puta así pintada”.
- Sobre el móvil: “¿con quién has hablado?”.
- Sobre el contenido de bolsos, mochilas, carteras, etc.: “¿por qué llevas esa foto en tu cartera?”.
- Sus amigas y amigos.
- Su familia.
- Sus compañeras y compañeros de clase/de trabajo.
- Y en general de todo lo que supone su vida social.
- El acoso: Una dificultad
importante a la hora de detectar el acoso es el hecho de que habitualmente se
confunde con algo positivo, como muestra de interés y atención. El acoso se manifiesta
en hechos como:
- Seguirle.
- Vigilarle.
- Perseguirle.
- Esperarle a la salida del centro de estudios o de trabajo.
- Acosarle mediante el teléfono, mediante correo electrónico, mediante el messenger, mediante las redes sociales, etc.
- La descalificación: Descalificar supone
un ataque a la autoestima de la persona descalificada. Significa ningunearla,
decirle que no vale para nada, que es un estorbo, que nunca tiene razón, que su
forma de pensar no vale, que su aspecto es malo, que su comportamiento es reprobable,
burlarse de ella, avergonzarla en público, reírse de ella, etc.
- La humillación: La humillación es
sobre todo una falta de respeto hacia la persona humillada, ataca directamente
contra la autoestima y la dignidad de las personas. La forma en la que se
manifiesta puede ser muy variada:
- Desprecios.
- Burlas.
- Reproches.
- Riéndose de ella.
- En general, cualquier forma que le haga sentirse mal.
- Las amenazas: Una amenaza siempre
supone dar a entender que se quiere hacer daño. Es poner sobre aviso a la chica
de que si no hace lo que él dice, puede tener consecuencias. Se puede amenazar
con:
- Quitarle algo a la chica.
- Con ejercer violencia.
- Con suicidarse.
- Con abandonarla.
- El chantaje
emocional: Es una forma de intimidación y presión y puede crear sentimiento
de culpa en ella por no hacer lo que él quiere.
- La indiferencia
afectiva: Es la más sutil, por lo que es más difícil de detectar. Supone
que el chico se muestra insensible y/o desatento ante la chica o ante sus
circunstancias. Se puede manifestar en él mediante falta de disculpas ante
errores, negación de los mismos, falta de responsabilidad sobre sus propios
actos, frialdad, indiferencia, desatención, etc. El silencio también puede ser
una manifestación de indiferencia.
-La presión y
negligencia sexual: Abarca todos los comportamientos que suponen aceptar relaciones
sexuales sin desearlo. Puede mostrarse en forma de enfado del chico, de
presión, de victimismo, de amenaza, de infundir miedo, etc. Un ejemplo podría
ser si tu chico te pide relaciones sexuales cuando a ti no te apetece y te dice
que si no lo haces se buscará otra que esté dispuesta más a menudo, etc.
La violencia de
género puede ser explicada con el conocido “ciclo de la violencia”, que intenta
explicar cómo incomprensiblemente se sigue manteniendo. Leonor Walker explicó el “ciclo de la violencia” en
tres fases:
Un aspecto que debe quedar a los y las adolescentes suficientemente claro es que la violencia de género la puede sufrir cualquiera, las chicas, las ancianas, las que viven en ciudades, las que viven en pueblos, las que tienen muchos ingresos, las que tienen pocos, las que estudian, las que trabajan… TODAS.
Como alternativa, la
guía ofrece una serie de pautas dirigidas a las jóvenes a fin de prevenir
la violencia:
- Concédete tiempo para ti: tus proyectos, objetivos, planes, etc.
- Hazte regalos y disfrútalos.
- Escoge con quién quieres tener una relación y qué tipo de relación quieres.
- Deja de hacer lo que las demás personas quieran.
- Acepta que todo no tiene por qué salir bien y que no tiene por qué ser culpa tuya.
- Tolera la soledad, aprende de ella antes de estar con una persona que no te conviene.
- Establece límites con las demás personas.
- No quieras ser perfecta, no tienes por qué serlo.
- Perdónate cuando cometes errores.
- Escapa de las relaciones que te hacen daño.
En definitiva, una
guía muy aconsejable para compartir, repartir y debatir con los jóvenes y con ello
contribuir al desarrollo de actitudes igualitarias, respetuosas y bientratantes.
Los adolescentes son también objeto y sujeto de protección por parte de todas la sociedad, principalmente de aquellos más allegados a ellos y que tienen el priviliegio de poder ofrecerles modos de ser, actuar y sentir que favorezcan su crecimiento y adaptación personal y social.
Y no podemos olvidar que los adolescentes de hoy serán los padres y madres de mañana...
Hasta el próximo
lunes.
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